Cordón de San José, Crassula muscosa o Crassula lycopodioides.
El Cordón de San José es una planta suculenta perteneciente a la familia Crassulaceae. Esta especie es originaria del continente africano, específicamente de Sudáfrica. Es una planta de pequeño porte (alcanza entre 30-45 cm de altura máxima) y muy ramificada. Los tallos en esta planta son suculentos y muy delgados observándose principalmente, las hojas; estos son erguidos pero tiende a curvarse con el tiempo. Las hojas se disponen en rosetas lineares de 4 filas de hojas dispuestas en posición vertical que se sitúan unas sobre otras (las rosetas). Esta planta se multiplica asexualmente por una constante e irregular ramificación del tallo que con el tiempo formará una planta pequeña pero muy densa (follaje).
Las hojas son pequeñas, gruesas y puntiagudas en su ápice (algunas tienden a ser redondeadas). Son muy pequeñas alcanzando menos de 0.5 cm de largo. Las rosetas de hojas se compactan mucho imposibilitando la visibilidad del tallo de esta planta. Las hojas son completamente verdes variando en algunos casos la intensidad (el sol intenso provoca que las hojas se vuelvan más oscuras; entre grises y rojas). Tanto la disposición de las hojas como la elevada ramificación del tallo provocan que esta planta sea tan curiosa y hermosa.
Las flores se disponen en pequeñas inflorescencias laterales que surgen de los tallos de mayor tamaño (generalmente). Son muy pequeñas en tamaño y número y poco vistosas; son casi indistinguibles porque por su coloración (amarillas-verdosas) pueden ser confundidas entre las hojas. La época de floración comienza a finales del verano y principios de otoño. Pueden florecer en cualquier época del año si las temperaturas se mantienen superiores a los 24°C.
Dato Curioso: Esta planta es muy longeva alcanzando más de 20 años si es cultivada en maceta con los cuidados necesarios.
Consejos para el cultivo del Cordón de San José, Crassula muscosa o Crassula lycopodioides
Esta especie es bastante resistente a los climas y sequías presentes en los trópicos. En países tropicales es muy fácil de cultivar pero en zonas templadas debemos tener más precauciones. Para cultivar esta planta debemos tener en cuenta los siguientes aspectos:
Iluminación: A diferencia de muchas suculentas esta especie prefiere crecer en lugares sombreados-algo iluminados. No ubicar a pleno sol (quema sus hojas).
Temperatura: Prefiere crecer principalmente a temperaturas superiores a los 20°C y que se mantengan estables durante todo el año. Las temperaturas inferiores a los 10°C pueden deteriorar o matar a nuestra planta. No soporta heladas.
Humedad: Crece mejor en ambientes donde la humedad relativa sea bastante baja (calor seco).
Riego: Debemos regarla con frecuencia en épocas cálidas porque el sustrato tiende a secarse con rapidez. En épocas frías solo debemos regarla cuando el sustrato esté completamente seco.
Sustrato: Debemos proporcionar un sustrato con buen drenaje y rico en materia orgánica. Para mejorar el drenaje se recomienda utilizar piedras pequeñas, tierra y arena.
En donde sembrar: Puede sembrarse con facilidad en macetas pero debemos trasplantarlas cada 1-2 año para otras más grandes y favorecer el crecimiento.
Reproducción y multiplicación: ¡Muy fácil! La podemos reproducir por esquejes de los tallos que aparecen al ramificarse. También podemos utilizar hojas para la obtención de nuevas plantas.
Plagas y enfermedades: La principales plagas que atacan esta planta son los áfidos (pulgones) y cochinillas que debemos eliminar con insecticidas. El exceso de riego y/o encharcamiento del sustrato favorece la aparición de hongos y pudrición de sus raíces.
Fotografía: pinterest.com
Fuente: pinterest.com
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