MAMMILLARIA ELONGATA O BIZNAGA ELONGADA
El género Mammillaria se incluye en la familia de las Cactaceae y lo forman más de 350 especies de cactusoriginarios, en su gran mayoría, de México. Algunas especies son: Mammillaria elongata, Mammillaria albilanata, Mammillaria gracilis, Mammillaria hahniana, Mammillaria parkinsonii, Mammillaria bombycina, Mammillaria compressa, Mammillaria crinita, Mammillaria uncinata, Mammillaria petterssonii, Mammillaria nivosa, Mammillaria magnimamma, Mammillaria longimamma, Mammillaria spinosissima, Mammillaria vetula, Mammillaria haageana.
Se conoce por el nombre vulgar de Biznaga elongada y procede del estado de Hidalgo (México).
Son pequeños cactus que forman grupos muy ramificados de porte rastrero de hasta 15 cm de longitud. Su cuerpo es más bien cilíndrico, de color verde intenso y presenta tubérculos cónicos de hasta 4 mm de longitud. Las areolas redondas presentan hasta 28 espinas radiales curvadas en forma de estrella y 0-3 espinas centrales. Las flores son blancas o amarillentas y surgen con gran profusión en la mitad superior de los tallos. Florecen desde mediados de invierno hasta finales de la primavera.
Son plantas de crecimiento rápido y fácil cultivo que se suelen utilizar en macetas dado su pequeño tamaño si bien son aptas para rocallas y jardines de cactus y suculentas.
La Biznaga elongada puede prosperar en una exposición de pleno sol o de semisombra y en climas cálidos y secos. Son capaces de resistir (siempre que la tierra esté seca) alguna helada esporádica y de baja intensidad pero es conveniente que el termómetro no baje de los 3 ºC.
El suelo puede ser un sustrato comercial para cactus o una mezcla, en las mismas proporciones, de mantillo de hojas, arena gruesa y tierra de jardín ligera y suelta.
Son muy resistentes a la sequía por lo que se regarán de forma muy moderada esperando a que la tierra se seque del todo. Suspender los riegos desde mediados de otoño a principios de primavera.
Agradecen un abonado con fertilizante para cactus en primavera y otro en verano.
No precisan de poda.
Son muy sensibles al exceso de riego que puede producir graves enfermedades fúngicas.
Se multiplican fácilmente a partir del enraizamiento de los hijuelos que pueden producir raíces en una semana.
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